
Porque Dios, es control. Es darle sentido a las cosas. El mal, es descontrol. Es que nada tenga sentido. Es obvio que dios está en TODOS lados. No podría estar escribiendo sino tendría control sobre los miles de millones de millones de cosas que pasan en este momento y que me hacen llegar a este estado. Pero también es obvio que "el demonio" está conmigo en todo momento. Está más escondido. Tal vez no sea tan evidente. Pero está. Si alguno de esos dos no estaría ya me habría esfumado.
Nuestra valoración del más allá es terrenal. Tener conciencia de la muerte es temerle. Nosotros no amamos a Dios. Amamos su paraíso. Le tememos a su infierno. ¿Alguien recuerda que "el demonio" quería imitar a Dios? La biblia. La religión. El control y el descontrol, son los picos y valles de un fractal. Todo es número.